Si estás pensando en crear tu propio negocio, un paso muy importante es la elección de la forma legal que más te interese. Existen diversas maneras de dar de alta tu empresa, pero no todas te benefician. Dependiendo del tipo de negocio, de tu situación personal e incluso de los ingresos y beneficios que obtengas, deberás actuar de diferente manera.
Las formas legales más habituales son las siguientes:
AUTÓNOMO: Persona física que realiza por cuenta propia una actividad económica, dé o no ocupación a trabajadores por cuenta ajena.
SOCIEDAD LIMITADA (S.L.): Sociedad de carácter mercantil en la que el capital social está dividido en participaciones sociales, integradas por las aportaciones de todos los socios, quienes no responderán personalmente de las deudas sociales.
SOCIEDAD ANÓNIMA (S.A.): Sociedad en la que el capital se encuentra dividido en acciones, las cuales representan la participación de cada socio en el capital de la compañía.
COMUNIDAD DE BIENES (C.B.): La Comunidad de Bienes es la forma más sencilla de asociación entre autónomos con un proyecto común, por lo que es una opción recomendable para pequeños negocios. También es muy utilizada para canalizar los cobros de un alquiler en el caso de que los propietarios sean varias personas.
Siendo estas las más habituales, también existen la Sociedad cooperativa, las Asociaciones y Federaciones, la Sociedad limitada laboral…
Los tramites a realizar para poner en marcha un negocio, varían dependiendo de la forma legal seleccionada, así, mientras que si eres autónomo tienes que darte de alta en el censo de empresarios de la Agencia tributaria, al crear cualquier tipo de sociedad tendrás que firmar escritura publica de Constitución de la Sociedad ante notario posteriormente a haber obtenido la certificación negativa del nombre de la sociedad por el registro mercantil.
Un factor muy importante es saber cuáles son las ayudas y subvenciones vigentes en el momento de poner en marcha tu negocio para una u otra forma legal.